
LLEVAR FLORES
Melania Domínguez
Si mientras escribo nos alejamos
y mientras crecemos los muros
se esparcen se tienden se erigen
en nombre de
la responsabilidad
el bien común
que es en verdad ajeno
que es verdad el propio
un sueldo
estable
o un trozo de esta tierra
o de aquella
y nada hacemos ya
por la memoria
la belleza
la poesía
el vínculo
nosotros
y ese rato sentados bajo el árbol
que nos vio llorar
juntos
ese instante de verano
en que pensamos que era eso
la vida
y la cogimos con las manos
en un puño toda entera
y la palma abierta
como un sol
un sol caliente eso nos dimos
y lo metimos en el pecho
pero ahora
muchas veces
olvidamos en nombre de…
el trabajo
la ciencia de un sueldo
estable el bien común
que es en verdad el ajeno
que es en verdad el propio
de una casa
y de otra
de los viajes
de esta tierra
o
y mientras se me olvida
alimentar
un gesto preservar
la memoria llevar flores
al templo
limpiarlo
y perfumarlo con el agua
de esas flores
recogerlas antes
una a una
en los campos de delante del hogar
donde una vez fui niña
y mi padre
cultivaba
y el dolor
profundo
incalculable
no medible
de los que ya no están
o se están yendo
de no poder regresar
hacia tu rostro y perder la imagen
tan antigua
de tus mejillas
plegándose
y del modo en que tu nariz
se arruga
y sonríes
es por eso
sí
es por eso
que escribo
—ya me acuerdo—
por restaurar ese sol
de verano
en el pecho
el tiempo atrás
dormido
y fabricar una oración
lazarla al aire
a la poesía
la belleza
el vínculo
la pérdida
la presencia
el dolor
la memoria
y mientras escriba
no alejarme
de nosotros.
Las Palmas de Gran Canaria, 5 agosto 2020