
CAMPESINA
Sari López
Se colgó el bolso en bandolera y salió sin más. Atrás, en los 88 metros de piso gris y techos blancos, todo en su sitio, todo perfectamente ordenado. Estaba sola, opaca, gris, sin ilusión, sin ganas. Al cruzar la calle, el color negro y caliente del asfalto la atrapaba. Se enredaba en sus zapatos, no avanzaba. Al otro lado, la puerta estaba cerrada y ella muy cansada. Empujó el madero y se cruzó de lleno con sus pies, sus manos, su mirada…
Caideros de Gáldar ,17 de agosto de 2020.